lunes, 22 de abril de 2013

¿Cómo llegó La Biblia a nuestras manos?



La Biblia se compone de 66 libros que fueron escritos por unas 40 personas que vivieron en diferentes generaciones durante unos 1600 años. Las partes más antiguas de la Biblia tienen unos 3500 años de antigüedad y las más recientes unos 1900 años. El escritor más lejano a nuestros tiempos es Moisés y el más cercano es el apóstol Juan.

La Biblia se escribió en tres idiomas: El hebreo, pequeñas partes en arameo y, finalmente, en griego.  Todos los manuscritos originales, según sabemos hasta ahora, se han perdido, y eso no tiene nada de raro o misterioso.  Ninguna Biblia actual ha sido traducida de los escritos originales o autógrafos (Aunque de vez en cuando me encuentro con personas que afirman que su Biblia ha sido traducida de los escritos originales; incluso me lo han dicho pastores de iglesias). Esos autógrafos se escribieron en material que se destruía con el tiempo: papiro, piel y vitela.  Así que había que hacer copias de las Escrituras para que se conservaran y se les diera uso.

Las copias no cayeron del cielo. Había hombres dedicados a hacer estas copias, copistas profesionales que tenían altas normas al copiar estos documentos que consideraban sagrados. Desde el siglo VI antes de nuestra a estos hombres se les denominó “soferim”, luego ya en nuestra era, hasta el siglo X, la labor de copiar las Escrituras hebreas era hecha por los “masoretas”. De hecho, las copias que tenemos hoy en día demuestran que contaban las letras de lo que transcribían a fin de asegurar su exactitud. También había mucha meticulosidad al copiar el Nuevo Testamento, sin embargo, no eran tan profesionales como los soferim, pero el hecho es que tenemos muchos manuscritos del Nuevo Testamento cercanos a la fecha de los autógrafos.  En este punto es útil recordar que les estoy hablando de copias, no de traducciones de las Escrituras.

A pesar de todas las medidas, se introdujeron errores. Les explico: Suponga que el maestro de una escuela copia en la pizarra la siguiente oración: “No debes exponerte al sol sin protección, protección de factor 15 como mínimo”. .  Luego el profesor les pide a los 20 estudiantes que copien estas oraciones en su cuaderno.

Es de suponer que casi todos copiarán correctamente. Sin embargo, algunos podrían cometer errores. Algunos copiarán: “No debes exponerte al sol sin protección de factor 15 como mínimo” (Nótese el error).  Otros podrían errar en el número 15 y así por el estilo.  Y si alguien después copia las oraciones del cuaderno del chico que cometió el desliz, entonces perpetuaría el error y si alguien copia de esta persona y alguien más de esta persona… el error se va expandiendo.

Si los estudiantes A, B, C, D y E, que supongamos que no llegaron a clase, son los que transcriben de un estudiante que si copió de la pizarra y que cometió el error que puse de ejemplo, entonces, todos tendrán el mismo error. Se puede decir que forman una “familia” o tipo específico de cuadernos. Todos provienen de un solo sujeto.

¿Hay alguna manera de saber que fue lo que escribió el maestro en la pizarra si esta ya fue borrada? Sí. Comparando varios cuadernos se puede saber qué escribió. ¿Por qué? Por que no todos tienen el mismo error. Es relativamente fácil restaurar la lectura original si se disponen de muchas copias.

Bien, de las Escrituras Hebreas o Antiguo Testamento se dispone de unas 6000 manuscritos y de las Escrituras Griegas o Nuevo Testamento existen unos 5000. Estas cantidades son de manuscritos en los idiomas originales, hebreo, arameo y griego. Según sabemos, todos son copias.  

Los expertos han comparado estos manuscritos mediante una serie de técnicas que persiguen restituir el texto tal como estaba en el autógrafo. Estas técnicas han dado resultados impresionantes. Un experto, sir Frederic Kenyon, anterior director y conservador del Museo Británico, declaró: “El cristiano puede tomar la Biblia completa en su mano y decir sin temor ni duda que está sosteniendo la verdadera Palabra de Dios, transmitida sin equivocaciones fundamentales de generación en generación a lo largo de los siglos”. También dijo: “Hay que hacer especial hincapié en la seguridad sustancial del texto de la Biblia. [...] No es posible decir lo mismo de ningún otro libro antiguo del mundo” (Kenyon, sir Frederic: Our Bible and the Ancient Manuscripts, 1958, p. 55).

¿Saben por qué dijo eso sir Frederic Kenyon? Por el gigantesco desarrollo de  la Crítica Textual. Los cristianos le debemos mucho a esto. Ha sido de mucha ayuda para disponer de las palabras contenidas en los autógrafos aunque estos ya no existan.  

Ahora bien, ¿Qué es la Crítica Textual? “La crítica textual es el método que se usa para reconstruir y restaurar el texto bíblico de los escritos originales” (Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa, pág. 318 párr. 18 Estudio número 6: El texto griego cristiano de las Santas Escrituras).

La persona, o religión, que afirma que en la Biblia se han introducido errores y cambios que han alterado lo que escribieron los autores, está en lo correcto, aunque han sido errores menores. Pero esos deslices se han descubierto, y la lectura original se ha restaurado.  Así que en los textos maestros actuales, o textos base para la traducción, se han depurado, corregido los errores. Nuestras Biblias actuales han sido traducidas de textos maestros.

Así que… ¿Cuál es el producto final de la Crítica Textual Bíblica? Los textos maestros. Pero de estos hablaremos en una futura entrada.

viernes, 19 de abril de 2013

Las traducciones interlineales

Cuando uno lee la Biblia tiene varias opciones para elegir:
Una traducción lexical o Interlineal.
Una traducción literal o de equivalencia formal.
Una traducción de equivalencia dinámica y
Una paráfrasis.

Como explico, existe una versión de las Escrituras que se le llama traducción lexical o interlineal. Este tipo es una de mis traducciones preferidas. Yo uso muchísimo The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures que es una excelente interlineal.

En esta ocasión quiero comentar sobre como se ha vertido un pasaje del evangelio de Juan en una nueva interlineal llamada El Nuevo Testamento Interlineal Palabra por Palabra. Cuando esta versión traduce la introducción del evangelio de Juan tiene un aspecto que oculta al lector cierto asunto.

Note por favor la fotografía que coloco aquí:


Como se puede ver, desde el comienzo del versículo la versión traduce "palabra por palabra" hasta llegar a la palabra griega τὸν. Esa palabra es una forma del artículo griego , el cual es el artículo definido, es decir "el, la".

Así que usted puede notar que la traducción interlineal traduce palabra por palabra todo el versículo pero al llegar a  τὸν... ¡Zas! ¡Deja de traducir!. 

¿Qué dice el versículo? Aquí lo voy a escribir palabra por palabra:  

Ἐν ἀρχῇ      ἦν  ὁ λόγος, καὶ ὁ  λόγος  ἦν  πρὸς τὸν θεόν, καὶ   θεὸς  ἦν  ὁ λόγος.
 En principio era la palabra, y   la palabra era  hacia  el   dios,     y    dios   era la palabra.

Pero usted no lee una traducción de cada palabra en la versión de la foto. Que paradójica situación, esta versión no traduce palabra por palabra cuando en su título dice hacerlo (El Nuevo Testamento Interlineal Palabra por Palabra).  Ah, pero esto no es un asunto de poca monta, no, por favor. El usuario de una traducción lexical no es un lector neófito al cual le dice el pastor que "He soñado que debe darle sus gallinas y su chanchito al Señor".  No. Ese lector es un estudioso del griego y/o hebreo bíblico, tal vez domina esos idiomas o los estudia seriamente, incluso, puede ser un traductor a otro idioma de las Escrituras y para eso utiliza la versión lexical.  Es alguien culto que sabe que el idioma español tiene un sustantivo común "dios" y un sustantivo propio "Dios".  En nuestro idioma se usa el sustantivo propio "Dios" como nombre y, en ese papel, no lo utilizamos con el artículo definido o indefinido, aunque claro está que un nombre es un sustantivo definido, no indefinido.

Este término en español, Dios, corresponde exactamente con el griego  θεός (lexicalmente "el dios"), término que se utiliza en koiné como sustantivo propio para "Dios", y no solamente en las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo Testamento, sino también en toda la literatura koiné del mismo período. 

Los lectores conocedores del griego koiné sabemos que es perfectamente apropiado y exacto quitarle el artículo definido "el" a la traducción de θεός en Juan 1:1 y en otros lugares de la Biblia y podemos traducir que "la Palabra estaba con Dios" (literalmente "hacia el dios").  A pesar de esto, una traducción lexical debe asumir que cumple con un propósito docente y mostrar que el texto maestro lee "el dios" y no "dios".  Es el traductor literal o dinámico o de una paráfrasis el que retirará el artículo al verter a un idioma vernáculo y NUNCA lo debe hacer el traductor lexical.  En caso contrario, ¿De qué te sirve una versión interlineal?.

¿Pero qué hay de los lectores que no están informados? No pueden apreciar la diferencia entre θεός  y θεός.  Y permítamese decirlo: Hay mucha diferencia. Pero ese es otro tema.  Los autores de El Nuevo Testamento Interlineal Palabra por Palabra no les interesa que usted se dé cuenta de esa diferencia. ¿Sabe usted por qué? Por tendeciosidad y prejuicio al traducir la Escrituras. Por permitir, ojalá inconscientemente, que la opinión teológica prime sobre el juicio de traductor. Ese es el problema que tienen que evitar los traductores. No deben dejar que el prejuicio y la tendenciosidad se filtren, penetren y socaven el conocimiento lingüístico, histórico-cultural y literario-contextual que debe poseer alguien que quiere verter la palabra de Dios a lenguaje vernáculo.

viernes, 12 de abril de 2013

¿Nació Jesús en un establo?



José y María llegan a Belén y no hallan lugar dónde hospedarse pues el mesón está lleno… Tienen que ir a un establo donde, apenas llegan, María da a luz y, gentilmente se coloca al niño en un pesebre… Están rodeados de animales, un buey, una vaca, un asno…

¿Fue realmente así? La respuesta es: Tal vez no exactamente. La Biblia no dice nada de un establo en el relato del nacimiento de Jesús. Permítaseme explicar el asunto, y prometo ser breve.

El asunto de que no encontraron lugar se relata en Lucas 2:7 el cual nos dice:  "7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón." (Reina Valera 1960).

Sin embargo la palabra que se traduce “mesón” aquí es κατάλυμα, la cual significa “lugar de alojamiento”.  El sentido “mesón” es posible, pero no seguro, en vista de que Lucas en el relato del Buen Samaritano utiliza otra palabra para referirse a un lugar donde se paga por pasar la noche, esta palabra es πανδοχεον, y esa sí tiene siempre el significado de "mesón" (Lucas 10:34).    

¿Cómo nos ayuda la arqueología a definir qué quiso decir Lucas con  κατάλυμα?


Fijémonos en esta foto:

Esta foto corresponde a una casa típica de un israelita. Se encuentra en el Museo Semítico de la Universidad de Harvard. Uno puede notar tres plantas aquí, la baja, la alta y el techo. Nótese que hay una escalera para ascender al techo. Los israelitas pasaban tiempo en las azoteas.

Ahora notemos el segundo piso. Esa parte se le llamaba κατάλυμα. (Nótese este uso en Marcos 14:14 y más significativamente en Lucas 22:11). Allí dormía la familia y los invitados. La habitación de abajo era para el trabajo del hogar y nótese que habían animales valiosos que pasaban la noche allí, protegidos.

Cuando María y José viajaron a Belén ellos estaban viajando a la ciudad de sus parientes. Cuando llegaron a la casa de algún pariente ya de seguro estaba llena. Había familiares tal vez mas cercanos a el dueño de la casa.  No encontraron lugar en la κατάλυμα y tuvieron que quedarse abajo. Es como si llegan unos parientes a nuestra casa que ya esta llena de abuelos, hermanos, tíos. Tendrán que dormir en el pasillo, pues los cuartos estaban llenos.

En la habitación de abajo era normal que hubiera pesebres. Allí colocaron a Jesús. No sabemos cuántos animales había en esa noche. Pero es probable que Jesús nació en una casa. Muy humildemente.


Como dije, mi propósito era ser breve. Puedo hacer referencia a los mejores léxicos del idioma griego koiné y a varias notas en la Biblia, sin embargo mi meta es dejar el "gusanito" y motivar a la investigación exhaustiva y a la reflexión lingüística, histórica-cultural y literaria-contextual.